Ayer fue su cumpleaños
Ayer fue su Cumpleaños
Y claro, pese a que estábamos lejos la una de los otros, es decir nosotros deTrhyss decidimos celebrarlo con todos los honores.
En la mesa de esta casa las más ricas viandas, a saber: Jamón rico rico, Salmón ahumado aderezado con sus gotitas de limón, su hilito de aceite de oliva y su guarnición opcional de huevo rayado, gambas a la Oz (una delicia), y un paté auténtico de oca francesa que me regaló uno de mis cuñados (hombre sabio que sabe que a la menda el paladar la pierde y me regaló por reyes ricos manjares) y para regar esos manjares una botellita de Chianti, también del cuñao.
Comenzamos Oz y yo el festín dedicado a Thryss bocado va bocado viene entre ohes, mmmmuuues , qué delicia, oh dios mío . Más que una comida por nuestros sonidos diríase que estábamos, en fin ustedes ya me entienden...
El caso es que para no mezclar sabores yo bebía vino alegremente, qué rico el vino, cuñao, qué rico.
El foie decía en el envase que llevaba trompetas de la muerte (eso seguro que es cosa de la hijastra) El caso es que una vez saciado el hambre y la sed me rendí y renunciando al postre me fui a reposar al sofá la opípara comida.
¡Ay madre! Por dios, cuando yo cerré los ojos. El sofá no sé, pero el resto de la habitación daba vueltas y vueltas. Abrí rápidamente los ojos, se detuvo el girar, pero los ojos se me cerraban irremediablemente y al cerrarse recomenzaba la danza del mueble librería, y la lámpara de la mesa del comedor. Una tortura
¿Sería el Chianti? ¿serían las trompetas de la muerte?
En fin querida Trhyss, que por tu culpa, por culpa de mi querido cuñado y de la hijastra yo pasé ayer una tardecita que menos mal que no tuve visita.
Una vez pasados los peores momentos de la danza del entorno cerré los ojos y me curé con un siestorro de más de tres horas del que me desperté buscando como una loca agua, tónica o algo líquido y fresco. La boca seca, árida, diríase que tenía un puñado de arena dentro.
El tema queridos es el siguiente: ¿quién se va a atrever a venir a casa a terminar la botella de vino, eh? Porque es una pena, está más de media, y desde luego yo sóla no soy capaz de meterle mano.
A todo esto Oz en los primeros momentos se reía, pero cuando me vio malita se reprimió, me conoce y sabe que no tenía yo el estómago pa risitas, y me miraba con pena ¿O se estaría riendo pa sus adentros?
Trhyss, querida, otras veces he bebido a tu lado y no lo he pasado tan mal.
Será que beber en tu compañía es mejor sobre todo si es por culpa de tu cumpleaños. El año que viene, que cae en Lunes festivo aquí en Bilbao, recuérdame que celebremos juntas tu cumpleaños querida amiga.
Y claro, pese a que estábamos lejos la una de los otros, es decir nosotros deTrhyss decidimos celebrarlo con todos los honores.
En la mesa de esta casa las más ricas viandas, a saber: Jamón rico rico, Salmón ahumado aderezado con sus gotitas de limón, su hilito de aceite de oliva y su guarnición opcional de huevo rayado, gambas a la Oz (una delicia), y un paté auténtico de oca francesa que me regaló uno de mis cuñados (hombre sabio que sabe que a la menda el paladar la pierde y me regaló por reyes ricos manjares) y para regar esos manjares una botellita de Chianti, también del cuñao.
Comenzamos Oz y yo el festín dedicado a Thryss bocado va bocado viene entre ohes, mmmmuuues , qué delicia, oh dios mío . Más que una comida por nuestros sonidos diríase que estábamos, en fin ustedes ya me entienden...
El caso es que para no mezclar sabores yo bebía vino alegremente, qué rico el vino, cuñao, qué rico.
El foie decía en el envase que llevaba trompetas de la muerte (eso seguro que es cosa de la hijastra) El caso es que una vez saciado el hambre y la sed me rendí y renunciando al postre me fui a reposar al sofá la opípara comida.
¡Ay madre! Por dios, cuando yo cerré los ojos. El sofá no sé, pero el resto de la habitación daba vueltas y vueltas. Abrí rápidamente los ojos, se detuvo el girar, pero los ojos se me cerraban irremediablemente y al cerrarse recomenzaba la danza del mueble librería, y la lámpara de la mesa del comedor. Una tortura
¿Sería el Chianti? ¿serían las trompetas de la muerte?
En fin querida Trhyss, que por tu culpa, por culpa de mi querido cuñado y de la hijastra yo pasé ayer una tardecita que menos mal que no tuve visita.
Una vez pasados los peores momentos de la danza del entorno cerré los ojos y me curé con un siestorro de más de tres horas del que me desperté buscando como una loca agua, tónica o algo líquido y fresco. La boca seca, árida, diríase que tenía un puñado de arena dentro.
El tema queridos es el siguiente: ¿quién se va a atrever a venir a casa a terminar la botella de vino, eh? Porque es una pena, está más de media, y desde luego yo sóla no soy capaz de meterle mano.
A todo esto Oz en los primeros momentos se reía, pero cuando me vio malita se reprimió, me conoce y sabe que no tenía yo el estómago pa risitas, y me miraba con pena ¿O se estaría riendo pa sus adentros?
Trhyss, querida, otras veces he bebido a tu lado y no lo he pasado tan mal.
Será que beber en tu compañía es mejor sobre todo si es por culpa de tu cumpleaños. El año que viene, que cae en Lunes festivo aquí en Bilbao, recuérdame que celebremos juntas tu cumpleaños querida amiga.