Hoy habrías cumplido 66 años, desde hace días me embarga una tristeza peculiar, inevitablemente los recuerdos llegan disparados a mi memoria.
Recuerdo cuando de pequeña casi siempre me despertaba al oírte entrar en el baño muy temprano,y antes de irte a trabajar me dabas un beso, cuando crecí, me levantaba mientras te escuchaba afeitarte tratando de no hacer ruido en el baño, te calentaba la leche con café y ponía unas galletas con un trozo de chocolate envueltas en papel aluminio, te gustaba llevarlas para el café de media mañana en el trabajo.
Gracias mi niña- decías-, y me dabas el primer beso del dia.
te he limpiado los zapatos decía yo mientras los sacaba detrás de mi espalda y te los mostraba lustrosos-,
Una sonrisa, otro beso, acuéstate anda, que es muy temprano, sin apenas hacer ruido cerrabas la puerta de la calle y te perdías escalera abajo. Siempre regresabas tarde a casa, corría a la puerta y te daba-me dabas :un beso, yo te cogía los zapatos me sentaba en el balcón y con la punta de un cuchillo solía quitarte las virutas de acero de las suelas que se te clavaban en el taller de la fábrica, después de cenar me sentaba un ratito en la sala contigo,( usabas un madofa de paño, batín corto de caballero le llamaban en la tienda, azul oscuro de cuadros, el ultimo que usaste era verde oscuro y negro a rayas, luego llegaron las batas largas de caballero, siempre fuiste un padre moderno vistiendo, granate que bonita dijiste cuando comenzaron a vestir con otro color que no fuera azul o gris a los caballeros),
A la cama que tiene dos rombos -decías al rato.
En casa anhelábamos la llegada del sábado y el domingo, disponías de todo el fin de semana para tu familia y eran horas de juegos:¿te acuerdas? el Exin Castillos que guardábamos en el tambor del jabón Colón, la Pablita, que tenia una cuerda en la espalda y decía: mamá, mamá, quiero cocatos pabú pabú tatá... el Excalestric arriba y abajo, ¡venga peraltes y más peraltes! recuerdo aún el olor a escobillas calientes de los coches. Cuando los chicos crecieron jugábamos a indios y vaqueros, mejor dicho a india y vaqueros, porque entre los tres me perseguíais y una vez cazada la india, la atábais a una silla y aquellos dos mocosos se reían y bailaban a mi alrededor como posesos, ¡suplício, suplicio! pedían ¡hagámosle barrabasadas a la india! tu sacabas el tubo de sobrasada y me hacías tragar un poco de aquello,yo cerraba fuerte la boca, que asco aquello rojo que salía del tubo... ¡mas, más! decían aquellos borricos, ¡ahora paté de anchoas! y entonces decías: ¡ India ahora tienes que comer pepinillos! pues sabías que me gustaban... Algo más mayores jugábamos al escondite, todo era válido desde meterse en el armario, hasta intentar acomodarnos dentro del mueble de la máquina de coser, mientras escuchábamos voy a por vosotros, hasta que un dia escalando cajones, me subí sobre un armario, me tumbé pegadita sobre él, casi sin respirar cuando entrabas una y otra vez buscándome en el cuarto y te fuiste incluso a la calle por si me había escapado hecho un manojo de nervios, aquél dia si no me bajo del armario te da un síncope, vienen a mi memoria aquellos domingos hasta el monte, ¡hale Vicente! te llevabas a la tropa. Botas de monte y el canguro a la cintura puesto, ya no se ven aquellos anoraks que se guardaban en la bolsita y se ceñían a la cintura por si llovía padre.Tú nos decías ¡carrera! Procurando que regresáramos rendidos, nos ponías a recoger castañas, moras o flores para la amá. Luego a comer paella, y la siesta en el sofá
A veces llegábamos hasta la zona de los columpios del barrio de Santa Bárbara por la tarde, me empujabas cada vez más arriba en los columpios. Para aitaaaa que me vuelco, paraaaa.
Solías decir entre chanzas ¡mejor si en lugar de cuatro hijos hubiéramos tenido cuatro cerdos, menudos jamones...y qué descanso! se te encendían las mejillas de la risa.
Hoy no habrá fiesta de cumpleaños, ¿te acuerdas de las que haciamos de niños? unas fiestas entrañables; tarta, empanadillas de atún, croquetas y pan Bimbo con nocilla o chorizo de Pamplona, así me fueron llegando mi primera caja de óleos y el caballete de pintar, la flauta, la primera Nancy, mi primera sortija o el primer vestido vaquero cuando se pusieron de moda.
Te llené la casa de botes que hacia en el cole con latas forradas de papel de fieltro para los bolígrafos, una para casa, otra para el despacho, otra más para los puros... te escribía postales...
Siempre te echo de menos, sobre todo los domingos, las zarzuelas con las que nos despertabas a tope de sonido: La tabernera del puerto, Katiuska, el Caserío, Bohemios, Luisa Fernanda, Los gavilanes, La revoltosa... ya no me atrevo a ponerlos, si los pongo La Pepi llora, solo me permito en Navidad poner tu disco de masas corales, los villancicos en euskera, así me parece escucharte aun cantando por la casa... pero cuando me quedo sola, jeje, saco los vinilos, pongo en el coche tus cintas de los Xey y Demis Rousos cuando voy sola. Es mi niña bonita ,Dí papá o llora el teléfono... me cantabas para dormir, gracias a mi amigo Oz he recuperado esas canciones, en un formato mp3 para el ordenador, ¿que no sabes qué es eso? Tecnología aitá, tecnología.
Sobre todo recuerdo la canción de cuna familiar, Silencio, silencio callar, no quiero líos en la vecindad, en el primer piso vive una señora, señoraaaaa, no sé si soltera o casada está pero hay un niño que dice mamá... Tus nietos se han dormido tantas veces con esa misma canción, Maialen la más pequeña, la que no llegaste a conocer, está preciosa, ya tiene ocho dientes , se parece mucho a mi hermano y reparte alegría por donde vá, Enara es un bichito más lista que el hambre, habla por los codos una lengua arapajoe divertidísima, cuando vé tu foto dice Aitona, tiene tus mismas manos y Egoitz se está haciendo un hombrecito. Aquí todos seguimos más o menos bien, La Pepona trata de reponerse día a día, yo aún te lloro a escondidas, todos te echamos de menos.
Los días que me levanto triste, me pongo tu camisa de paño a cuadros, la de color chocolate, me queda grande, jejej, he pasado días de frio este invierno acurrucada en tu chaqueta de lana beige, los días que me levanto mas torcida que tu dedo índice salgo a la calle con tu chaquetón de cuero,no veas ¡me queda enorme!,larga como un abrigo,pero voy la mar de contenta y al final el día se endereza ó se mitiga la pena.Yo creo que ese chaquetón tiene duende...
Esta mañana te habría llamado temprano Zorionak Aitatxo (felicidades papaíto),gracias mi niña me habrías dicho,habríamos ido por ahí con la Pepi a comer, y por la tarde merienda familiar, tarta, velas,fotos y regalo.Seguirías diciéndome:
-Cada año estoy mas viejo, pero estoy echo un toro, ¿cuando sea viejito me cuidaras?
Recuerdo el sonido de tus besos en mis mejillas, como un chasquido blando, sonoro, grande. Y tu manera de silbar,no sé por qué la he adoptado como mía,silbo igual a tus nietas,sin querer me sale, sonríen, reconocen el silbido y me miran fiii fuuuu les silbo al acercarme y me apeno sola pensando que te lo pierdes, ellas se han perdido ver acercarse al aitona de los juegos y los cuentos.
Me acuerdo mucho de las veces en los últimos años que me silbabas bajo la ventana para avisarme que te ibas a dar un paseo, a veces nos íbamos juntos, y en medio de la caminata un caldito, un pinchito... otras parabas a la vuelta en mi casa,
-una cervecita mi niña que traigo una sed
-¿te hago unos huevos fritos? ¿con chistorrita?
Y los ojos te hacían chiribitas, te sentabas en la mesa y me contabas lo que habías visto durante el paseo,
-hoy me he recorrido las tres playas
-Hoy he llegado hasta el puerto, que bonito están dejando aquello
- mira hoy me he pasado por el mercado, mira mi niña lo que te traigo: habitas tiernas,
- ¿tienes otra cervecita?
-bueno me voy a buscar a tu madre y nos vamos a casita, ¿vienes mañana a comer?Voy a hacer manitas de cerdo, ¿te vengo a buscar y tomamos algo antes?
-un beso en la puerta, hasta mañana aitá...
¿Te acuerdas de la ultima vez que bailamos? Fué en la boda de la pequeña, arañaste días a tu vida para llevar a mi hermana pequeña hasta el altar de aquella iglesia en medio del valle.
-Yo entro andando, levantarme de la silla de ruedas, y caminaste cogida ella a tu brazo, arrastrando los pies hasta el altar, los músculos cansados y castigados por la quimioterapia, solo te volviste a levantar de la silla una vez más, al borde de la pista de baile para bailar la primera canción con la novia, repetías qué feliz soy en sus brazos, apenas moviéndote del sitio, luego abrazaste a amá en un balanceo lento y finalmente te cogí por la cintura con mi mano izquierda, uní mi derecha a la izquierda tuya, me mirabas sin apenas verme, sonreías...
-¿estás contento aitá?
- Estoy feliz mi niña...
La música cesó y todos aplaudían, más de uno se enjugaba discretamente una lágrima, volviste a tu silla:
-ya hemos casado a la pequeña repetías. Te encendí un puro ¡jolín un Cohíba...! fuma aitá fuma, después te encendí otro, el último que te fumaste en tu vida,
-que maja la doctora que me ha dejado hoy fumarme un puro y tomarme un vinito repetías...
Si un dia se casa mi niña, vestida de blanco armiño...cantabas de pronto a coro con Ramón y Emilio tus amigos, "mi niñaaa guapa, ven canta conmigo..."
Yo sé que a todos los hombres
les debe pasar lo mismo
que cuando van a ser padres, quisieran tener un niño
luego les nace una niña, sufren una decepción
y después la quieren tanto que hasta cambian de opinión
es mi niña bonita con su carita de rosa
es mi niña bonita, cada dia más preciosa
es mi niña bonita, hecha de nardo y clavel
es mi niña bonita, es mi niña bonita, ¡cuanto la voy a querer!
Si un dia se casa mi niña....
vestida de blanco armiño,
recordaré que soñaba con que al nacer fuera un niño,
luego le rezo y le pido al señor del gran poder,
que el hombre que se la lleve, la sepa siempre querer...
Nunca más te oí cantar, agotaste tus fuerzas aquel dia, las semanas siguientes pasamos horas hablando de los recuerdos, tu mente no recordaba lo que habias comido el dia anterior, pero no olvidaba nada de cuando eramos niños. A veces no te salía mi nombre, después de la operación comenzaste a llamarme risitas, hombre ya viene mi risitas, Mira Pepi ya está aquí otra vez mi sonrisitas , te fuiste llamándome mi niña
¿mi niña me das agua? ¿mi niña me ríes? mi niña, me comería mas a gusto una manzana...
Nada aitá, me puse a recordar y me he puesto tontorrona, he acabado poniéndome tu camisa de cuadros, ya es media noche. Mañana me tomo un vermouth preparado con campary y jijilimuji como a ti te gustaba a tu salud, te he comprado una isquenia , la plantaré con unas esparragueras colgantes a ambos lados, también he cogido begonias, el otro día planté margaritas, de color granate y ocre, voy a llevarte también unos narcisos que ya han florecido, el sábado volveré a verte, hay tanto silencio y huele a mar allí, se escucha el ruido del viento entre los árboles, el panorama es tan bello con las montañas.... No pudo comprar en mejor sitio el panteón el abuelo. Algo tenía que hacer bien Marcelino...
¿Sabes? no estoy triste. ya es tu cumpleaños, ¡zorionak aitatxo.!
Trhyss."