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Salvad las ballenas y al bacilo de Koch

Esta visto que o nos pasamos o no llegamos. Los ejércitos ecologistas, conservacionistas, proteccionistas y similares llevan años haciendo campañas para salvar a las especies en peligro de extinción. También hace ya mucho tiempo se empezó a batallar por “los derechos de los animales” y hoy en día hay normas en muchos lugares en que se penaliza más dar una patada a un perro que a un hombre o dejar abandonado a un perro que a tu abuelo.

Las sociedades modernas occidentales se gastan cantidades muy importantes de dinero en estas actividades, que son muy loables si no fuese porque son demasiado “racistas” por no inventar el palabro “especieistas”, ya que protegen a unas especies animales y dejan a la barbarie humana otras muchas.

Biológicamente, las diferencias entre especies a su nivel más característico, el del ADN, son mínimas. Nuestro parecido con la más mísera de las bacterias es apabullante y sin embargo jamás se ha levantado una voz en su defensa.

En este mundo nuestro, para tener derecho a ser protegida una especie, sus miembros ¿cuántos centímetros deben medir como mínimo?, ¿el derecho lo da el peso y el tamaño? ¿Porqué queremos hacer desaparecer, y lo hacemos con suma saña, al mosquito anopheles?, y no digo nada de los miles de millones de ratas que se envenenan anualmente y nadie habla a su favor.

Protegemos en todo lo que podemos a los “grandes animales” para evitar que los atropellen en las carreteras, con anuncios, vallas publicitarias e incluso señales de circulación, pero yo me pregunto ¿alguien alguna vez ha hablado de la mortandad que producen los parabrisas de los coches en muchas especies de insectos voladores y no voladores?

¿Por qué nos sentimos orgullosos de preservar la vida del lince ibérico y hemos permitido la desaparición del virus de la viruela?

¿Por qué nadie protesta ante la actividad contra la vida que realizan las industrias farmacéuticas fabricantes de antibióticos?

Somos animales, como el mosquito, el bacilo de Koch, el león o la ballena, y que yo sepa, al león le importan una higa los derechos de las cebras. Como a nosotros las cebras digamos que nos “caen bien”, intentamos protegerlas pero si hiciesen lo que las ratas, seguro otro gallo les cantaría.

Mi consejo a todos los conservacionistas es seguir a los miembros de una secta hindú que tienen tan claro que intentan evitar el matar cualquier ser vivo, por ello van desnudos toda la vida para que al lavar sus ropas no mueran los “bichitos” que en ellas habitan, y andan limpiando el suelo con un plumero para evitar pisar cualquier hormiga o similar. Estos al menos si lo tienen claro, toda vida es sagrada, no solo aquellas especies que midan mas de x centímetros.

¡Salvemos a las ballenas y al bacilo de Koch!

(Orel, 26 de marzo de 2005)

2 comentarios

Manuela -

¿cómo era aquello de la teoría de la evolución?
Creo que iba de que sólo los fuertes sobrevivían.
¿no estaremos intentando meter mano en la evolución de las especies?
Por otro lado ¿mueren más ballenas o más hombres al día?
¿no sería más normal defender al hombre del hombre?
Un besote, alu.

Thryss -

yo también me siento un bicho raro en extinción... ¡sálveme rey del lúpulo!